¡Endulza
tu vida!
No
importa el momento, el lugar ni cómo te sientes; sí es un día divertido o
amargo mejóralo y endúlzalo con unos
cuantos dulces tradicionales como los
que te vamos a presentar a continuación pero antes un breve resumen de la
historia de estos manjares…
Los
antiguos mexicanos que vivieron en Mesoamérica antes de la llegada de los
españoles ya preparaban algunos de nuestros dulces típicos, mezclando frutas,
semillas, algunas especies y miel. También se utilizaron las bondades del
pulque y del aguamiel que se extrae del maguey, la melcocha obtenida del jugo
de tuna concentrado, del mezquite, así como mieles extraídas de las hormigas,
avispas y abejas, además de varias palmas y raíces, y que mezclados con el
maíz, cacao y la semilla de amaranto, se originaron dulces como el pinole, el
chocolate y la alegría.
Con
la miel elaboraban alegrías de amaranto y palanquetas de semillas de calabaza y
cacahuate. El aguamiel recalentado se usaba para bañar frutas y las mujeres
machacaban el fruto del nopal −la tuna−, hasta obtener una capa dulce y transparente que se
revolvía con amaranto y se servía como postre, como un verdadero manjar de
dioses.
Algunos deliciosos dulces;
Dulce
cristalizado: Fruta
fresca bañada varias veces en azúcar hirviendo hasta quedar como una deliciosa
joya.
Dulce
de leche: Macarrón.
Tronquitos de dulce hechos a base de leche y azúcar envinada.
Dulce
de coco:Dulce hecho a base de coco rallado fino con
sabor de vainilla o limón, horneada. Barra dorada. Rayado fino de coco natural,
sin saborizantes, horneada con o sin pasas. Barra de nuez. Pulpa de coco
molido, mezclado con nueces y sabor a maple horneada.
Yemitas:
Bolitas azucaradas de pulpa de coco, tres veces molida con sabor de anís,
fresa, piña y durazno.
Rompemuelas: Pirámides de coco, molido grueso, con
semilla de amaranto, ajonjolí y piloncillo.
Alegrías: semillas de amaranto tostadas, unidas por
miel de azúcar.
Palanqueta: crujiente cacahuate tostado, mezclado con
piloncillo.
Calabaza: Es famosa la calabaza en
tacha para las fiestas de muertos, el calabazate y sus semillas son consumidas
a diario, muchas veces sin saber que puede ser remedio contra los parásitos
intestinales.
Los
muéganos y buñuelos: se preparan con harina de trigo.
Las obleas: son
delgadísimas láminas de trigo, las mismas que se utilizan para las hostias: se
hacen redondas, se les agrega un poco de jarabe de maíz y se doblan por la
mitad; en la orilla se les coloca semillas de calabaza -pepitas sin cáscara-, y
suelen ser de colores.
Tenemos a los
famosos Mostachones, que son como “tortitas” con una mitad de nuez en el
centro, como adorno. Similares al dulce de la primera foto, solo que del tamaño
de una nuez. Estos dulces, como la mayoría, nacieron en los conventos que se
instalaron en nuestro País. Las laboriosas monjas, tenían todo el tiempo e
ingredientes necesarios para dar paso a la creatividad y así agasajar a los
Curas, Obispos, o invitados de estos, que solían ser gente de dinero que
patrocinaba parte de sus casas y templos.
Dulce de camote:El sabor dulzón propio del camote combina
estupendamente con la miel, el coco, la canela, la lima y la nuez moscada. El camote es un alimento que esta presente en la
cocina Latinoamérica desde la época prehispánica, su origen es Centroamericano;
recibe distintos nombre según las distintas regiones: Camote, papa dulce,
batata o boniato. Se utiliza indistintamente para platos salados o preparado
como postre, dulces y confituras.
Dulce de Membrillo: son dulces cocidos, con azúcar y
pasados por el pasapurés.
Higos cristalizados:Los higos cristalizados son una fuente de energía natural y
sana, se conservan durante mucho tiempo gracias al almíbar y son un bocado
delicioso.
Foto tomada por Karen Angeles. |
Foto tomada por Karen Angeles |
Foto tomada por Paloma Cordoba. |
No hay comentarios. :
Publicar un comentario